Luego de analizar la teoría del conocimiento cartesiana, reconstruir su doctrina metafísica sobre la base y doble bisagra de la onto- teo-logía, en este texto el autor se compromete a reintegrar y a desarrollar estos temas, aún oscuros del pensamiento de Descartes. Esta integración depende del descubrimiento del modo pasivo de la cogitatio, como se trata en la Meditación VI, tema que ya anticipaba en otro estudio sobre el concepto fenomenológico de la carne (Husserl, Henry).
Es a partir de este “mi propio cuerpo”, “meum corpus”, como se despliegan en total coherencia la moral y la unión sustancial del alma con el cuerpo, y en esa unión se ven los últimos frutos de la metafísica cartesiana.