Máximo Badaró
Director de Lic. en Antropología social y Cultural
Alejandro Gaggero
Director de Lic. en Sociología
A fines de 2022, realizamos el concurso “La tesina después de la tesina”, en el que invitamos a egresadas/os de nuestras carreras de antropología y sociología a presentar artículos basados en sus tesinas de grado. Un jurado integrado por docentes y directores de las licenciaturas seleccionaron 19 artículos entre los que se presentaron. Los autores de estos artículos revisaron y editaron sus textos en el marco de un taller cuatrimestral coordinado por un docente de antropología que la EIDAES brindó para este fin.
El índice de este libro está organizado sobre la base de temáticas más que enfoques disciplinarios. Este criterio refleja las características de la antropología y la sociología que se enseñan e investigan en nuestras licenciaturas. Los vínculos estrechos entre ambas áreas están presentes en la cursada (dos años de materias compartidas), en el origen académico de los docentes que enseñan, dirigen y evalúan tesinas de grado, y en la composición de los equipos de investigación de la Escuela IDAES.
Esta relación fluida entre antropología y sociología no responde a la tan mentada "interdisciplinaridad", sino a un modo de concebir el trabajo académico e intelectual. En la formación de grado que brinda la Escuela IDAES, las perspectivas existen y se expresan con fuerza, pero lo hacen en el marco de un proyecto institucional que promueve una formación en ciencias sociales basada en la interdependencia de saberes y experiencias provenientes de distintas áreas académicas y diversos actores sociales.
Los artículos también son el resultado de políticas institucionales de la UNSAM y de la Escuela IDAES. En muchos casos las tesinas derivan de las políticas de la vinculación de estudiantes con equipos y proyectos de investigación y con organismos públicos y privados donde los estudiantes realizan estadías de para adquirir créditos de “formación profesional” y “horas de investigación” requeridos en sus programas de estudio. En estos espacios académicos e institucionales los estudiantes pueden acceder a campos empíricos de investigación y a un conjunto de interlocutores de diferentes orígenes que cumplen un rol clave en su formación profesional. A su vez, desde hace más de una década las becas PIME que otorga la UNSAM permiten a estudiantes de grado de toda la universidad realizar un semestre en una universidad extranjera. En algunos casos, estas estadías de estudio en el exterior derivan en experiencias de investigación y posteriores tesinas de grado.
La investigación es clave en la formación que brindan nuestras carreras de grado. Pero nuestro propósito no es formar a futuros investigadores, sino formar desde la investigación. Esto no se trata de un juego de palabras o una muletilla a la moda. Por el contrario, se trata de una posición epistemológica y política que considera que la investigación empírica y teórica brinda una experiencia y cultiva una sensibilidad hacia el mundo social que son centrales para el trabajo antropológico y sociológico en cualquier ámbito de desempeño profesional y colectivo. De hecho, solo 5 de los 18 autores de este libro se dedican a la investigación científica en ciencias sociales. Los otros trabajan como especialistas, consultores y analistas sobre diferentes temáticas sociales en instituciones públicas y privadas o se dedican a actividades profesionales particulares.
Esta formación a partir de la investigación también se ve reflejada en el contenido de este libro, en el que las temáticas abordadas están fuertemente relacionadas con líneas de investigación desarrolladas en la Escuela IDAES: géneros, sexualidades y feminismos; estudios sociales de la economía; migraciones; sociología de la salud; entre otras. Esto se debe a que la mayoría de las/os estudiantes realiza su tesina dirigida/o por investigadoras/es de la institución o insertx en algún equipo, programa o centro dependiente.
Los programas de nuestras carreras poseen una materia y tres talleres destinados a la elaboración de la tesina de grado a lo largo de dos años. Para el caso de la licenciatura en antropología social y cultural, las/os estudiantes definen el tema de investigación, inician el trabajo de campo y eligen su director/a de tesina durante la cursada de la materia cuatrimestral “Etnografías y métodos de investigación”. Luego cursan el “Taller I” donde continúan el trabajo de campo, afinan las preguntas de investigación, elaboran un marco teórico y la revisan antecedentes de otras investigaciones sobre los temas que están estudiando. En el Taller II los estudiantes sistematizan los datos recabados en el trabajo de campo y en el taller III escriben la tesina. En el caso de sociología, las/os estudiantes cursan “Metodologías de la Investigación” y luego “Taller I”, donde deben diseñar el proyecto de investigación y elegir director/a. En el “Taller II” son acompañadas/os en el trabajo de campo y/o análisis de datos secundarios y, por último, el “Taller III” se centra en la escritura de la tesina.
En estos espacios curriculares las/os estudiantes aprenden epistemología, metodologías cuantitativas y cualitativas, técnicas de trabajo de campo etnográfico y de análisis de datos, y reciben un seguimiento personalizado de parte de docentes durante la investigación de campo y la redacción de la tesina. A esto se agregan los talleres extra curriculares de escritura y de finalización de tesina que brindamos año a año para aquellas/os estudiantes que requieren un acompañamiento adicional y los grupos y programas de investigación donde discuten sus avances de tesina. En estos espacios de formación e investigación las/os estudiantes viven el proceso de investigación y redacción de la tesina como una experiencia colectiva que trasciende las particularidades de las disciplinas, los casos empíricas y las temáticas estudiadas.
En efecto, los capítulos también llevan las marcas del destacado trabajo institucional y académico que realizaron quienes nos antecedieron en la dirección de las carreras (en Antropología: Virginia Vecchioli, Axel Lazzari y Gustavo Ludueña; en Sociología: Alexandre Roig, Ariel Wilkis, Paula Abal Medina y Luisina Perelmiter), de los docentes, los directores y evaluadores de tesina. Destacamos, también, el rol clave que han cumplido los decanos de la Escuela IDAES en la creación, el desarrollo y el crecimiento de la formación de grado en Antropología y Sociología en nuestra institución: Alejandro Grimson, Alexandre Roig y Ariel Wilkis. En este sentido, si bien llevan una firma individual, las tesinas que dieron origen a los capítulos que conforman este libro son el resultado del trabajo de un conjunto de actores académicos, institucionales y sociales.
¿Qué antropología y qué sociología para la formación de grado?
¿Qué formas de hacer antropología social y cultural revelan los capítulos incluidos en este libro? La respuesta a esta pregunta no está vinculada a los temas, grupos o campos empíricos que estos textos estudian, sino a los enfoques y las preguntas que los movilizan. La antropología que reflejan estos capítulos se destaca por sus intentos de desfamiliarizar el mundo conocido para producir un desplazamiento en los modos de percibir la vida social e intervenir en ella. Esta concepción de la antropología está alejada las narrativas autocomplacientes sobre la alteridad que todavía encontramos en muchas corrientes y prácticas de la antropología actual.
Desde sus orígenes, el propósito de la antropología ha sido describir y analizar la diversidad humana en todas sus formas. Pero está tarea alejada del exotismo que confina la antropología a la mera descripción de sociedades y culturas diferentes a las nuestras. Como los espejos desgastados que distorsionan lo que reflejan, el conocimiento que produce la antropología es un espejo donde nos vemos pero no nos reconocemos completamente. Y allí reside su potencial político: en ese efecto desestabilizador que desnaturaliza nuestras visiones de mundo y nuestras formas de organización social mostrando que siempre hay otros mundos posibles.
En el caso de la sociología, lo primero que se puede señalar es tanto el pluralismo teórico como la combinación de distintos métodos de investigación. En los capítulos se utilizan conceptos de autores provenientes de distintas corrientes teóricas contemporáneas. Para responder las preguntas que se plantean, las investigaciones emplean tanto técnicas cualitativas (entrevistas en profundidad, observación participante) como cuantitativas (aplicación de encuestas, análisis estadísticos de datos secundarios). Así, por ejemplo, en el trabajo de Lucía Menéndez sobre las transformaciones de los vínculos sexo-afectivos de estudiantes del Colegio Nacional de Buenos Aires, se elaboró y aplicó una encuesta que respondieron casi 400 alumnos de esa institución. Por su parte, Manuel Aguilera, para analizar el ecosistema emprendedor, realizó entrevistas semiestructuras a personas que tuvieron un papel protagónico en ese campo, combinadas con análisis de documentos de instituciones y empresas. Como tercer ejemplo de esta diversidad, puede citarse a tesina de Martín Recanatti, que para analizar las prácticas y representaciones de las/os seguidoras/es de la banda de rock La Renga recurrió al trabajo etnográfico.
Por otra parte, cabe recordar que la carrera no solo se dicta en el campus universitario, sino también en el Centro Universitario de San Martín (CUSAM), un espacio educativo que funciona al interior de la Unidad Penal Nº 48 del Servicio Penitenciario Bonaerense. El capítulo de Ismael Villalba (“Economía y circulación de objetos en la cárcel…”) no solo analiza a la población privada de su libertad, sino que el autor es uno de los 11 graduados que realizaron gran parte de su carrera en el CUSAM.
En suma, más allá de sus particularidades disciplinarias, la antropología y la sociología que las/los lectoras/es encontrarán en este libro constituyen un potente dispositivo crítico de producción de datos, ideas y conceptos sobre los desafíos que supone una de las preguntas más urgentes del mundo contemporáneo: ¿cómo vivir juntos?